Personalidades
Antonio Amat
Como personaje barojiano ha sido calificado infinidad de veces este socialista vitoriano, de cuya vida y anécdotas el recuerdo de los vitorianos llenaría varios volúmenes de crónicas. El verdadero Amat nació el 19 de abril de 1919 en Vitoria, hijo de marino mercante. Su personalidad, que se forja en una juventud indómita, es fruto también de las difíciles condiciones por las que atraviesa la España de la primera mitad de siglo.
Realiza sus estudios en los marianistas, de donde es expulsado por rojo y ateo. Tras el levantamiento del 18 de julio, reparte propagada denunciando a los franquistas, siendo detenido por ello. No le cabe otra salida para librarse de un más que seguro fusilamiento que la incorporación al ejército. Allí, de nuevo, hace propaganda a favor de la República y esta vez una herida de guerra le evita enfrentarse a un consejo sumarísimo.
En 1943, organiza un grupo de amigos para participar en la segunda guerra mundial combatiendo contra Hitler en la Resistencia. Sin embargo, la mala fortuna hace que sean detenidos en Lequeitio cuando van a subir a un barco que les iba a llevar a Francia. El arresto termina en cárcel y cuando finaliza su condena le destierran a Huesca. De esta forma es como se convertirá en una de las figuras relevantes de la izquierda española.
En 1950 vuelve a Vitoria y comienza a trabajar en la dirección del interior del Partido Socialista. En los ambientes de la clandestinidad se le conoce por los alias de "el ciclista", "Guridi" o "el vasco". A causa de su enorme capacidad de trabajo y de la facilidad con que se mueve en nuestro país, se le encarga entre los años que van de 1954 a 1958 trabar conocimiento con antiguos compañeros y nuevos simpatizantes socialistas.
Y es ese impulso de aunar fuerzas para la conquista de las libertades el que lleva a "Guridi" a entablar relaciones de coordinación con quienes se reclamaban de la familia socialista, aunque no estuvieran integrados dentro de nuestro Partido. Así, conecta con personajes como el profesor Tierno, Reventós -dirigente del Moviment Socialista de Catalunya- o los universitarios de la ASU. De esta forma, en razón del trabajo que desarrolló en España, Amat puede ser considerado como uno de los reorganizadores del Partido Socialista tras el golpe que supuso la detención y consiguiente fallecimiento en comisaría de Tomás Centeno.
Pero sus actividades no solamente se circunscriben alámbito de la actividad partidaria sino que también se ocupa de establecer lazos con el resto de la oposición, entre la que gozaba de gran consideración en razón de su calidad como político probado. Sin embargo, la faceta de Amat no es únicamente la del organizador incansable del socialismo en el interior. Su actividad de coordinador y captador de nuevas adhesiones le hizo acreedor del calificativo de "fichero viviente" de nuestro Partido.
En mayo de 1961, tras su salida de la cárcel se queda en Madrid, bien vigilado por la policía, unos meses. En 1962 vuelve a Vitoria y es entonces que Rossana Rossanda, afiliada entonces del Partido Comunista Italiano, se deje caer en nuestra ciudad y entreviste a Amat, a quien refleja como un moderno condottiero. La personalidad aventurera del socialista alavés y el marco opresivo de la dictadura subyugan a la escritora que traza un cuadro romántico de la situación en la entrevista que escribió.
Su trágica muerte se produjo en 1979. Amat contaba entonces con 60 años. Desde esta edad podía contemplar con orgullo los frutos de una vida entregada al ideal socialista: España contaba con una Constitución democrática y nuestro Partido, a través de un nutrido grupo parlamentario, podía entusiasmar a los ciudadanos españoles con la utopía de la igualdad y de la solidaridad. Con la satisfacción de una vida entregada al compromiso democrático y padeciendo una dolorosa enfermedad, Amat decide poner fin a su existencia entregando su cuerpo al Mediterráneo.