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Los alaveses Gaizka Olarte y Marta Arrieta, ganadores del Certamen de Artesanía Blas Arratibel 2022

La Diputación Foral reconoce a la familia González de Viñaspre por toda una vida dedicada a la artesanía

El artesano Gaizka Olarte y la artesana Marta Arrieta han sido los ganadores del Certamen Blas de Arratibel 2022 que convoca la Diputación Foral de Álava para reconocer los mejores trabajos de artesanía de Euskadi y el Condado de Treviño. Los trabajos galardonados y el resto de piezas a concurso estarán expuestas en el Museo Bibat hasta el próximo 11 de diciembre.

La institución foral ha reconocido hoy también en el marco de la gala de entrega de estos premios a los artesanos José Luis González de Viñaspre, padre e hijo, por toda una vida dedicada a la artesanía. González de Viñaspre padre ejerció durante tres décadas especializándose en la pintura a mano de carteles de gran formato de los cines y teatros de Vitoria-Gasteiz de mediados del siglo XX; y su hijo, recientemente jubilado, trabajo durante 48 años el vidrio emplomado en su taller de la calle Zapatería.

La segunda teniente diputado general y diputada foral de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo, Cristina González, ha presidido la ceremonia de entrega celebrada en el Museo Bibat y ha subrayado la importante labor de artesanos y las artesanas al “mantener y transmitir la cultura local y los oficios tradicionales. Quiero reconocer y poner en valor el trabajo de unos profesionales que ponen en cada pieza, única e irrepetible, un trozo de su propia vida”.

“Y quiero animar a alaveses y alavesas a reconocer también este trabajo teniendo en cuenta a nuestros artesanos y artesanas a la hora de efectuar sus compras y regalos de cara a esta próxima Navidad”, ha añadido.

Gaizka Olarte ha sido premiado en la Modalidad A, dirigida a personas que tienen reconocida su condición de artesanas, por su obra ‘Atardecer en Kuartango’: una composición rectangular para colgar en pared de madera de nogal y resina pulida que simula de forma artística los colores de un atardecer de principios de otoño en el pueblo alavés del mismo nombre. Luces led ocultas en la parte posterior permiten simular los distintos tonos de una puesta de sol.

El jurado valora especialmente en esta pieza “el uso de técnicas poco habituales para el pulido de los materiales, su creatividad y originalidad”, junto con “el riesgo de trabajar el poliéster”. Este premio tiene una dotación económica de 3.000 euros.

Por su parte, Marta Arrieta ha sido reconocida con el premio de la Modalidad B, reservada para personas que no tienen todavía reconocida oficialmente la condición de artesanas, por su trabajo ‘Chaleco 1: Santa Pía’: chaleco confeccionado mediante afieltrado de la lana tintada con diferentes colores cubierta por seda para darle más consistencia. La combinación de formas y colores representa el bosque de ‘Santa Pía’ (Maeztu).

El jurado destaca en este caso “la sutileza, la nitidez y la sensibilidad” del trabajo, así como “el punto artístico del paisaje”. La dotación económica de este premio es de 1.320 euros.

González de Viñaspre

La Diputación Foral ha reconocido también durante el acto de entrega de los premios Blas Arratibel 2022 a los artesanos José Luis González de Viñaspre, padre e hijo, por toda una vida dedicada a la artesanía. González de Viñaspre padre ejerció durante tres décadas especializándose en la pintura a mano de carteles de gran formato de los cines y teatros de Vitoria-Gasteiz de mediados del siglo XX; y su hijo, recientemente jubilado, trabajo durante 48 años el vidrio emplomado en su taller de la calle Zapatería.

“Este reconocimiento es un gracias con mayúsculas. González de Viñaspre, padre e hijo, sois el mejor ejemplo vocación artesanal y pasión por el trabajo bien hecho durante más de sesenta y cinco años. Vocación y trabajo que nos dejáis además en forma de legado en las vidrieras y decoraciones de varios edificios públicos muy queridos para alavesas y alaveses como la Catedral de Santa María, el Teatro Principal o el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz”, ha afirmado la diputada Cristina González.

José Luis González de Viñaspre padre abrió en el año 1957 su primer taller en la calle Cuchillería y se especializó en la pintura a mano en gran formato. De sus manos salieron todos los carteles que anunciaban   las   obras   de  teatro   y   las   películas   en   los   ya  desaparecidos   Teatro   Amaya  y Gran Cinema Gasteiz… Los vitorianos/as de más edad todavía recuerdan los carteles de hasta cuatro metros de altura de películas clásicas como ‘Lo que el viento se llevó’ o ‘Ben-Hur’.

Sus disciplinas artísticas y artesanales se fueron ampliando con el paso del tiempo a las vidrieras, escudos heráldicos, cuadros de paisajes, retratos, etc.

González de Viñaspre padre transmitió su saber y técnicas a su hijo, quien amplío su formación en la Escuela de Artes y Oficios de Vitoria-Gasteiz y en distintas instituciones artísticas de Segovia y Barcelona. Ambos trabajaron juntos durante varias décadas primero en el taller de la calle Paz, ubicado en lo que hoy es el Centro Comercial Dendaraba, y más tarde en el taller de la calle Zapatería muy cerca de la Catedral Santa María.

Sin abandonar la pintura e incluso la escultura, González de Viñaspre hijo se dedicó sobre todo al arte del vidrio emplomado. Sus manos son responsables entre otros muchos trabajos de la restauración de 2.000 piezas de las vidrieras de la Catedral ‘Vieja’, distintas vidrieras del Ayuntamiento de Vitoria- Gasteiz y el Palacio de Ajuria Enea y las pinturas decorativas del Teatro Principal; y los logos y dibujos de los coches del equipo KAS de ciclismo que participaban en la Vuelta a España y el Tour de Francia.

Sus trabaos han cruzado fronteras y están presentes en distintos países europeos y en Estados Unidos.

  Después de 48 años de trabajo artesanal se jubiló este pasado mes de septiembre.

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