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“El prendimiento del General Liniers” de Pablo de Uranga se expone por primera vez en el Bellas Artes

Donada en 2017 por la nieta del pintor Elena María Uranga Azpiri, ha sido restaurada por Carolina García Maudes y el Servicio de Restauración de la Diputación

El prendimiento del General Liniers”, de Pablo de Uranga se expone por primera vez en el Museo de Bellas Artes de Álava, tras la donación en 2017 por su nieta, Elena María Uranga Azpiri, y la restauración a la que fue sometida por el Servicio de Restauración de la DFA y la restauradora Carolina García Maudes.

La obra se trata de un buen ejemplo de pintura de historia de gran formato. Uranga la presentó a la Exposición Internacional de Buenos Aires de 1910, que conmemoraba los 100 años de la Revolución de Mayo.

Representa el episodio en el que Liniers, antes héroe por la victoria sobre los ingleses, lucha en la Revolución de Mayo contra los patriotas, siendo finalmente capturado y ejecutado.  El caballo, con un violento escorzo, separa la escena en dos; en una de ellas, se encuentra el general con sus hombres, algunos aún refugiados en el edificio, y destaca por la expresión de sus rostros que en algunos casos llega a la caricatura. En la otra mitad, los patriotas proceden a atacar. Es una escena viva, con un movimiento casi congelado, donde la impronta de Uranga se aprecia en el colorido de sus tonos ocres y en los rosas y azules del cielo, tan característicos de toda su producción.

La misma tenía numerosas deformaciones en el soporte tras haber estado enrollada y en ambiente húmedo durante mucho tiempo. La tela se encontraba muy debilitada, con roturas y con amplias zonas atacadas por colonias de hongo. Presentaba suciedad superficial y zonas con pérdidas de color ocasionadas por el enrollado inadecuado de la tela.

La primera actuación consistió  en una intervención de urgencia, en la que se estabilizó el soporte en unas condiciones ambientales de temperatura y humedad optimas, y su posterior montaje en un bastidor de trabajo para eliminar progresivamente las deformaciones. Esta intervención fue efectuada en 2016 por las restauradoras de pintura del Servicio de Restauración de la Diputación Foral de Álava.

En el año 2017 la restauradora Carolina García Maudes procedió a realizar un tratamiento fungicida, el refuerzo y consolidación de las fibras debilitadas, la eliminación del estrato de suciedad en la capa pictórica, la realización de un reentelado flotante y la reintegración de las pérdidas de color.

El autor

Pablo Uranga realiza sus primeros estudios en la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad y  en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1888 marcha a Paris a continuar su formación. Allí participa del ambiente artístico junto a amistades como Santiago Rusiñol o Ignacio Zuloaga. A principios del siglo XX regresa al País Vasco y en 1906 se instala en Vitoria. Aquí permanecerá hasta 1918, momento en el que se traslada a San Sebastián. Cultivó todos los géneros pictóricos con un estilo personal, deudor de la tradición clásica española pero tamizada por la vanguardia francesa.

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