La Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak / ha presentado su programación para Vitoria-Gasteiz esta mañana, en el muro que divide desde la semana pasada la plaza de la Virgen Blanca. Se trata de ‘Utopía: prohibido el paso’, una crítica a los muros y fronteras del mundo actual.
La principal cita arquitectónica del Arco Atlántico, impulsada por el Departamento de Vivienda y Agenda Urbana del Gobierno Vasco, arrancó su quinta edición el pasado 9 de octubre con la presentación de su exposición principal, ‘Eu-topías, Ou-topías’, y ya ha inaugurado los pabellones y la programación de Donostia y Bilbao.
Hoy ha sido el turno de Vitoria-Gasteiz, la primera vez que la Bienal Mugak/ levanta una instalación efímera en la ciudad. La escogida ha sido el muro rojo que desde la semana pasada se levanta en la emblemática plaza.
En este escenario, el concejal delegado de Modelo de Ciudad, Urbanismo, Vivienda, Limpieza y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, Borja Rodríguez, ha afirmado que, “más allá de ser un lienzo para la ciudadanía, este muro se adentra en las raíces de la historia de Vitoria-Gasteiz. Atraviesa a lo ancho la parte sur de la plaza de la Virgen Blanca. Se justifica su emplazamiento tras el estudio de las trazas de la muralla medieval de la ciudad, recreando en este punto la reconstrucción de una ficticia prolongación de la misma. De la misma manera, estamos a dos semanas de que se cumplan 36 años de la caída del Muro de Berlín, aunque hoy en día la arquitectura se sigue empleando como instrumento de segregación. Algunas de las potencias mundiales como Estados Unidos o Israel siguen construyendo muros que dividen el mundo en la ‘mitad mala y la mitad buena’, como expresa Rem Koolhaas”.
La comisaria de la quinta Bienal Mugak/, María Arana, también ha aludido a la idea de las fronteras que dividen sociedades: “La arquitectura tiene la capacidad de conectar, pero también de separar a la gente. Ejerce una importante función como herramienta de unión, de construir comunidad, pero a su vez, al igual que las utopías y las distopías, puede servir para la segregación social. Los muros como este crean fronteras, y hay arquitecturas que construyen desigualdades sociales. Sin embargo, hoy hablamos de locontrario, del poder de la arquitectura como herramienta de cohesión social”.
La intervención que propone esa reflexión es obra del arquitecto y artista Sebastián Bayo. Construido en madera, ha contado con el patrocinio de la empresa Egoin, así como con la colaboración del COAT Araba, que ha aportado un aparejador para coordinar su ejecución.
El proyecto aborda el concepto de utopía desde su paradoja: construye un muro para cuestionar la existencia de los mismos. Desde su concepción buscó forzar una reflexión y una reacción contra el propio muro, convirtiéndolo en medio de expresión, y así ha sido desde el inicio: la ciudadanía gasteiztarra lo ha intervenido desde el primer día en que se construyó, y hoy se levanta comomuestra de esa participación ciudadana.
Así lo ha valorado hoy el propio Bayo: “La ciudadanía está respondiendo en masa al llamamiento que hace el pabellón a la participación. Desde el mismo momento en que terminó el montaje, las vitorianas y los vitorianos se apropiaron de él, interviniéndolo en un ambiente lúdico y, con tanta energía, que antes de haber siquiera presentado el proyecto oficialmente, ya cuesta encontrar zonas con su color rojo original”.
Igualmente, el director de Vivienda, Suelo y Arquitectura del Gobierno Vasco, Pablo García Astrain, ha señalado que “la respuesta masiva de la ciudadanía a este muro confirma el acierto de Mugak/ en sus formatos para acercar la arquitectura y sus reflexiones a todos los públicos”.




