La alcaldesa Maider Etxebarria se reunió el pasado lunes en Madrid con la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, a la que trasladó una serie de propuestas para garantizar una mejor atención en el futuro Centro de Protección Internacional de Arana que el Gobierno de España está construyendo en un edificio de su propiedad.
Maider Etxebarria planteó a la ministra tres medidas concretas que, considera, refuerzan la función protectora e integradora del centro y su encaje en la ciudad:
- Una reducción en el número de plazas de 350 a 200 para “ajustar el centro a la capacidad operativa de los recursos y servicios sociales de la ciudad, por si las personas refugiadas tuvieran que recurrir a ellos”.
- La apertura de parte de las instalaciones a los vecinos y vecinas del barrio, no solo las deportivas, ya comprometidas, sino también otros espacios,“lo que ayudaría a impulsar la integración de las personas refugiadas y, al mismo tiempo, facilitaría la participación de las entidades y de los vecinos y vecinas de la zona” , ha explicado la alcaldesa.
- Una mayor coordinación con el Gobierno Vasco, competente en materia de migración en distintos ámbitos: itinerarios de acogida e integración, permisos de trabajo, educación, salud, etc.
Maider Etxebarria ha explicado, en su habitual comparecencia tras la Junta de Gobierno Local, que la ministra fue“receptiva” a sus peticiones. “Me sentí escuchada y atendida y ahora estamos a la espera de los resultados que pueda deparar esta reunión”, ha afirmado la regidora vitoriana quien también ha subrayado la importancia de mantener un “diálogo fluido” entre todas las administraciones implicadas.
Por último, la alcaldesa ha recordado que el centro de Arana nace con la vocación de “trasladar esperanza” a las personas que se ven obligadas a abandonar su país,“víctimas de una guerra o de persecución por sus ideas políticas, condición sexual…” y ha incidido en que “un centro de protección internacional no es un centro de delincuentes, como quiere hacer creer la extrema derecha y quienes compran su discurso, sino un recurso de acogida y ayuda para personas y familias vulnerables que necesitan reconstruir sus vidas con dignidad”.





